Para los hebreos: Es el protector de Israel y patrono de la sinagoga. La Iglesia Católica lo considera como patrono y protector de la Iglesia Universal. La Iglesia Copta lo considera el primero de los siete arcángeles, junto con Gabriel, Rafael y Uriel. Supuestamente tocará la trompeta el día del arrebatamiento, y es el encargado de frustrar a Lucifer o Satanás, enemigo principal de Miguel por ser el arcángel de los ángeles caídos o del mal.
En el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón. También suele ser representado pesando las almas en la balanza, pues según la tradición, él tomaría parte en el Juicio final.
La veneración del arcángel Miguel: En el Cristianismo se basa en su mayor parte en lecturas del Nuevo Testamento y adoptando las que se refieren a él en el Antiguo. Precisamente en el Apocalipsis se lee:
"Hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Dragón. También el Dragón y sus ángeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya lugar en el Cielo para ellos. Y fue arrojado el Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él." (Apocalipsis 12, 7-9)
Y en la Epístola de San Judas (ver. 9), se vincula del culto a Miguel con las tradiciones judías:
"Cuando el arcángel Miguel disputaba con el diablo, la posesión del cuerpo de Moisés, no se atrevió a decir maldición sino que dijo: "El Señor te reprenda.".
Tal vez citando al escrito apócrifo conocido como la Asunción de Moisés, en él se menciona que Satán reclamó el cuerpo para sí, argumentando que Moisés provocó la muerte de muchos egipcios. Razón por la cual el arcángel se enfureció y luchó contra él, venciéndolo.
Se cuenta que el 13 de octubre de 1884 el papa León XIII mandó que se enviara a todos los obispos del mundo, la oración que había escrito y tenía que ser recitada después de cada misa.
Esta oración es:
"San Miguel Arcángel,defiéndenos en la batalla.Sé nuestro amparocontra la perversidad y las asechanzasdel demonio.Que Dios le reprima, es nuestra humilde súplica;y tú, Príncipe de la Milicia Celestial,con la fuerza que Dios te ha dado, arroja al infiernoa Satanás y a los demás espíritus malignosque vagan por el mundopara la perdición de las almas. Amén."